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Traficantes de alcohol (II)

Rueda de prensa Mañueco Igea y Casado

Los datos sanitarios son preocupantes. El número de nuevos casos en Castilla y León sigue por las nubes y nuestros hospitales-unos más y otros menos- empiezan a soportar una carga de trabajo que incluso les ha llevado a tener que aplazar algunas operaciones.

Y todo ello, por la falta de profesionales sanitarios, algunos de los cuales «se borran» en cuanto pueden, de tener que ir a trabajar bajo cualquier excusa.

Deberían ser inhabilitados, pues el desempeño de la profesión sanitaria en cualquiera de sus modalidades, ya se sabe que conlleva un riesgo y que hace falta tener el valor, la fortaleza y el compromiso necesario para su desempeño. Atributos que algunos, demasiados, desconocen dejando «el marrón» y la sobrecarga de trabajo para los compañeros más comprometidos.

Ahí están los datos, Datos que además indican que las medidas que se adoptan por la Junta de Castilla y León no sirven para reducir el crecimiento de la pandemia del coronavirus.

Cerrar toda la hostelería no está sirviendo absolutamente para nada, pues los datos ya señalan que solo el 3,6% de los contagios tenían dicho rigen.Sólo se incrementan los ERTES, los despidos, la crisis, los cierres de los negocios y la recesión económica.

Con toda la hostelería cerrada, los contagios derivados de las denominadas «reuniones sociales»(chamizos, botellones,pisos, fiestas…) sí son un agente relevante (más del 38%) pero las medidas adoptadas siguen sin haber atacado este foco principal.Sin duda el elemento que colabora de manera activa en la celebración de las mismas es la venta de alcohol generada desde los supermercados, gasolineras y demás chiringuitos comerciales.

Para nosotros, esta situación no es nueva y viene siendo reiteradamente denunciada año tras año desde Canal 54, si bien vinculada, en su momento al problema del botellón. Les invitamos a leer nuestro artículo de 2013 (entre otros) en «Hay que acabar, de inmediato, con los traficantes de alcohol» donde ya centrábamos y denunciamos este problema como una grave problema de salud pública.

Pero a nuestros políticos les interesaban hasta hace cuatro días, mucho más, más los votos de quienes practicaban este modo «deleznable» de socialización, que proteger la salud de decenas de generaciones. ¡Ahora vienen los lloros!

Bajo todo lo anterior sigue subyaciendo la actividad de los auténticos culpables, «los terroristas  silenciosos»: los supermercados y las tiendas de las gasolineras, que son quienes con su actividad engordan sus beneficios vendiendo en sus estanterías, a diario, miles de litros de alcohol a los ciudadanos para que luego se consuman en pisos, botellones, etc.

Ellos son son los que con la venta «descontrolada» de litros de vino, de ginebra, licores,…, motivan alientan y facilitan estas concentraciones sociales de nuestra juventud «y de los no tan jóvenes» trasladando luego el problema a los demás. Desde luego si no se pudiera consumir calimocho, gin tonics , cubalibres,litros de cerveza, chupitos de…, se pondrían fin o al menos se limitarían sobremanera estas reuniones sociales que son el foco del problema.

El alcohol , no es un alimento (tampoco lo es el vino y la cerveza por mucho daño que haya reconocerlo), y por ello no debiera de permitirse su venta en ningún supermercado convencional, ni en los situados dentro de las grandes superficies, ni en comercios.

Al cerrar la hostelería, no solo favorecemos a los «traficantes de alcohol y bebidas espirituosas; del vino y la cerveza», sino que fomentamos las reuniones sociales que representan el 38,4 % de los brotes y el 30,5 % del total de casos nuevos identificados en la última semana según datos del Ministerio de Sanidad.

La Junta y de Castilla y León ha tardado en adoptar medidas y de hecho sigue sigue sin prohibir a «los traficantes de alcohol» de menos de 2.500 metros cuadrados con acceso directo e independiente al exterior , que siguen siendo muchos, la venta de alcohol de todo tipo, dejando claro en sus órdenes que estos productos no son de primera necesidad e impidiendo desde este momento su comercialización cara al futuro, por sus graves efectos sobre la salud.

Sin perder de vista la venta en las tiendas de las gasolineras y la venta online de estos productos por los súper o hiper o terceros, lo deseable desde la perspectiva sanitaria y del control de las reuniones sociales y evitación del botellón, sería que estos productos sólo y exclusivamente se pudieran vender en los establecimientos de hostelería, garantizándose así el oportuno control sobre ellos, pues para eso son lo especialistas y porque no hay nadie que tenga menos ganas de que se realice botellón o un consumo desproporcionado que ellos.(tal vez haya otars soluciones que pudieran aportarse igual de eficaces con el fin pretendido, lo que dejamos a su criterio)

No puede hundirse la hostelería con medidas desproporcionadas, mientras se ha estado  permitiendo durante meses a Carrefour, El Corte Inglés-Hipercor,  Alcampo, … la venta de estos productos -que no son de ningún modo de primera necesidad- y que además sirven para alentar y motivar, las reuniones sociales que nos están costando vidas y una fortuna.

Sean reuniones de mayores o de menores, da igual.

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