Soberbia y actitud dictatorial. El 2020 de Daniel de la Rosa

El balance de año realizado este lunes por el Grupo Municipal Popular no ha dejado de lado la actitud soberbia del alcalde de la ciudad Daniel de la Rosa. Una actitud visible desde la Estación Espacial Internacional y de la que el primer edil da buena cuenta de ella a través de sus vídeos en redes sociales.
Pero los Populares aluden a las maneras de trabajar del Equipo de Gobierno de puertas para adentro. Y es que, el principal partido de la oposición ha llegado a solicitar que se retransmitan en streaming las comisiones de las diferentes áreas municipales, para que los burgaleses podamos conocer de primera mano las negativas del Equipo de Gobierno a dar explicaciones de su trabajo.
Critican, además, que cada jueves, los de De la Rosa se dediquen a llorar y a hacer oposición de la oposición, pero sin asumir ni un solo error por su parte.
El Gobierno que lidera Daniel de la Rosa se está convirtiendo en uno de los más opacos que han pasado por el Consistorio Burgalés, donde la transparencia brilla por su ausencia y las mentiras o medias verdades se han convertido en el día a día de la gestión municipal.
Una falta de transparencia que el Equipo de Gobierno traslada hacia los medios de comunicación, que son otra herramienta de control y fiscalización a la tarea de quienes dirigen el Ayuntamiento. Y es que, desde el Partido Popular se ha instado a De la Rosa a recuperar las ruedas de prensa presenciales, donde se permite preguntar e intercambiar opiniones con más flexibilidad, por no hablar de hacer un trabajo en las mejores condiciones de calidad posibles.
Sin embargo, el primer edil se niega en rotundo en admitir que los medios de comunicación podamos mirar a la cara a quienes nos gobiernan. De la Rosa se siente más cómodo en convocatorias pseudosecretas como la del pasado 30 de diciembre, cuando convocó con pocas horas de margen para entregar, sin preguntas, 700.000 euros a la Fundación de la Catedral de Míchel Méndez Pozo.
No es de extrañar que desde el PP indiquen a quienes gobiernan la ciudad que trabajen el egocentrismo y la empatía y que dejen de culpar a terceros de las cosas. Se aprecia, explican, «una actitud dictatorial y tendente a la imposición», siendo poco tolerantes a las críticas.