¿Qué hay de lo mío? La exigencia a los representantes socialistas de Castilla y León para el acuerdo de investidura

Diputados-Socialistas

El pacto que el Partido Socialista está ultimando, a nivel nacional, para asegurar la investidura de Pedro Sánchez, está causando un hucarán de opiniones por las concesiones o acuerdos (que cada cual lo vea como quiera) que se están alcanzando con Junts, ERC, BNG o Coalición Canaria.

Sobre todo, los pactos referentes a Cataluña, con la cesión en el ámbito ferroviario o el perdón de 15.000 millones de euros en deuda, están levantando ampollas. La amnistía va a parte, luego explicamos porqué.

No obstante, forma parte de las reglas del juego, que los partidos políticos alcancen acuerdos, hasta donde llegue su influencia, que mejore la vida de los ciudadanos a los que representan.

¿Porqué dejamos a parte la amnistía? Porque esta no mejora la vida de la población. Es una medida donde los políticos negocian mejoras exclusivamente para ellos.

Pero de lo otro, los castellano y leoneses, ¿tenemos que estar a favor o en contra? ¿Nos tiene que parecer bien o mal?

Y es que en este acuerdo nos falta saber qué hay de lo mío.

En el Congreso y en el Senado hay diputados y senadores socialistas que representan a los burgaleses y los de cada una de las provincias de Castilla y León. Si estos señores y señoras van a votar a favor de ese acuerdo de investidura en nuestro nombre, ¿qué han ganado o defendido para nosotros?

Porque el momento de explicarlo es ahora. No luego, no cuando se redacten los presupuestos, no más adelante… es ahora. Ninguno de los representantes del PSOE para sus respectivas provincias trabaja para el PSOE sino para quienes les han votado.

¿Qué gana Burgos? ¿Qué gana Castilla y León? Porque quizás, el acuerdo nos parezca fantástico. Imaginemos que, antes de dicha investidura se garantiza que en 2024 Burgos tendrá todas sus autovías finalizadas, el tren directo funcionando y más frecuencias de AVE, por poner un ejemplo. Oye, a lo mejor no es tan malo que se perdone la deuda catalana o se rebajen los precios en las autopistas gallegas, si a cambio también nosotros nos llevamos una tajada del pastel.

Pero si no es así, ¿qué pintan los diputados y senadores socialistas por las provincias de Castilla y León? Nada. Si el acuerdo de investidura no viene con un pan, proporcional, bajo el brazo para nosotros, su papel como representantes de los burgaleses, los palentinos o los sorianos es irrisorio, ninguno y sobran.

No será la primera vez que vemos a diputados socialistas o populares plegarse a los intereses del partido frente a los de las provincias a las que representan y que les han colocado donde están o estaban. Quizás, esta sea una de las veces donde los acuerdos políticos están suponiendo un mayor agravio comparativo entre territorios. Claro, todo eso depende de a cambio de qué se esté haciendo.

No vale el silencio de nuestros diputados y senadores, tienen que hablar. Tienen que explicar qué ganamos los burgaleses y los castellano y leoneses con ello. Y no vale eso de «un gobierno», «estabilidad» o «un presupuesto». Qué ganamos concretamente, con la misma concreción económica con la que se están dando a conocer los compromisos con otras comunidades autónomas.

El caso de la amnistía es más peculiar y está molestando a mucha gente, en tanto que se trata de convalidad acciones ilegales. Además, esto también queda fuera del marco de negociaciones políticas, entendiendo éstas como negociaciones en nombre de los ciudadanos y con afección directa a ellos. Está a la altura de un político negociando con otro para pedir rebajas fiscales y, de paso, una casa con piscina para él y su familia.

Pero en los demás casos, aquellos en los que los partidos elegidos democráticamente en las urnas ganan, en estos acuerdos, compromisos para sus respectivas tierras, toca preguntan a los que nos representan, ¿qué hay de lo nuestro? Y es su obligación, la de los diputados y senadores socialistas, quienes votarán la investidura y apoyarán el acuerdo, pero también quienes después vendrán a pasear por las calles de nuestras ciudades, quienes tienen que explicarnos qué vamos a ganar nosotros, para que ellos decidan apoyarlo.

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