Los grupos municipales siguen sin ver que los ciudadanos desconocen muchas de las cosas que se hacen en el Ayuntamiento

Hay servicios municipales, que presta, teoricamente nuestro ayuntamiento, pero que los burgaleses desconocemos. Sin ir más lejos, el resumen del estudio presentado esta semana por la Concejal de Medio Ambiente, Carolina Blasco, pone en evidencia que muchos ciudadanos desconocen la existencia de servicios como la recogida de enseres, muebles usados, la recogida y el transporte de residuos sanitarios o la captura de animales, entre otros.

¿Qué significa esto? Pues que existen recursos municipales que se pagan pero no se usan. ¿Cómo se resuelve esto? Informando a los burgaleses de los servicios que tienen a su disposición. En principio la solución pudiera parecer sencilla ¿no? Pues los 27 concejales del Ayuntamiento de Burgos no lo tienen tan claro y, más de un año después de las elecciones municipales de 2015, siguen con su política de comunicación institucional congelada. Orgullosos, algunos, de haber recortado la partida económica para este menester que, a su juicio, es más que secundario.

Pues bien, dispongamos de servicios y pidámosles a los burgaleses que investiguen, que indaguen, que busquen qué servicios tenemos y qué servicios no tenemos. ¿Talleres infantiles? ¿Recogidas de residuos? ¿Subvenciones? ¿Acceso a la información municipales? ¿Quien lo sabe? Vaya usted a ventanilla y pregunte, a ver si, con suerte, se entera de algo.

Lo hemos dicho en varias ocasiones, la comunicación institucional tiene una finalidad, un sentido de ser, informar a los ciudadanos de todos los servicios disponibles gracias a sus impuestos. Desde líneas y horarios de autobuses, hasta la programación cultural municipal, pasando por los servicios sociales, los trabajos medioambientales o las opciones tributarias, o las incidencias en los servicios más conocidos como consecuencia de eventos o situaciones excepcionales.

Pero, de momento, los grupos municipales, que son los que pueden hacer que esto cambie, están más por la labor de enterrar la comunicación institucional. Eso, pensando bien, porque podríamos pensar mal y plantear que los grupos pretenden aprovecharse del dinero ajeno para que seamos los demás los que, por amor al arte, la realicemos.

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