La huella digital sería clave para descubrir al responsable de la filtración entre Ayuntamiento y Diario de Burgos

A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del Cérsar. Si bien es un paso importante ver a los responsables de un Equipo de Gobierno asumir que ha ocurrido algo tan grave como una filtración de datos particulares, no es menos grave la poca intención que parecen tener en depurar responsabilidad.

La portavoz del Equipo de Gobierno, Andrea Ballesteros, ha confirmado que el área de Asesoría Jurídica es la respobable de la Protección de Datos en el Ayuntamiento. No sirve la excusa de que, actualmente, no exista un responsable de este área, puesto que el Ayuntamiento sigue funcionando.

La propia Ballesteros también ha confirmado que la filtración proviene de los funcionarios, pero que no se va a abrir ningún expediente porque no saben concretamente a quién.

Este es un caos heredado de la legislatura de Daniel de la Rosa, donde hemos visto a funcionarios revelarse contra concejales, dejar caducar expedientes sancionadores, intentar encubrir sus huellas, sin que nada pasase.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Burgos tiene ya en marcha la llamada «administración electrónica». Un sistema por el que el acceso a todos los expedientes deja huella. Ya es imposible que alguien acceda a ningún dato sin una clave que acredite exactamente quienes han consultado un expediente.

Da la sensación, tras escuchar a Ballesteros y al vicealcalde Fernando Martínez Acitores, que no existe voluntad política de depurar responsabilidad alguna ante este hecho, lo que abre la puerta a que vuelva a ocurrir, sobre todo por la impunidad existente si los políticos aseguran que no pueden dar con el responsable.

La huella digital es la primera pista. A partir de aquí, la responsabilidad puede recaer en la totalidad del área. El modelo lo han usado nuestros profesores en el colegio desde siempre, con aquello de «si no sale el responsable, todos castigados sin recreo».

Lo que no puede pasar es que, se reconozca la gravedad de un hecho y, al mismo tiempo, no se haga nada.

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