La desesperación de los ciudadanos al intentar poner una denuncia en la Comisaría de Policía

Colas interminables en la Comisaría de Policía Nacional. Esta es la tónica habitual en las dependencias policiales de la ciudad, cuando un ciudadano necesita poner una denuncia.
Algo que también ocurre en estas épocas, con más énfasis en la nefasta gestión, si cabe. Y es que, mientras la Subdelegación del Gobierno crea operativos especiales de seguridad en estas fechas, conscientes del aumento de situaciones que requieren denuncias, reduce el personal en la Comisaría para recibir esas denuncias.
La consecuencia es evidente: más gente necesitando denunciar y menos efectivos para tomar nota generan largas colas que superan los tres cuartos de hora de espera, en el mejor de los casos.
La Comisaría Nacional de Policía no es un parque de atracciones, donde uno acude por capricho y si quiere aguantar colas, es lo que hay. Quienes acuden a la Comisaría, como quienes van al médico, no lo hacen por carpicho.
La sensibilidad y la empatía de la administración, en este caso la General del Estado, es nula para con los ciudadanos, a los que de manera habitual somete a este tipo de esperas injustificadas.
Actualmente, la Policía Nacional ha habilitado en su página web un apartado para poner algún tipo de denuncias, eso sí, con muchos «peros». Y es que, no se pueden cursar denuncias de naturaleza violenta, intimidaciones o agresiones sexuales.
Tampoco cuando los autores del hecho a denunciar son conocidos o reconocibles físicamente o si existen testigos que puedan haber presenciado el delito en cuestión.
Además, la denuncia telemática lo es solo a medias. Y es que, pese a ello, hay que pasar físicamente por la Comisaría designada en un plazo de 72 para firmar la denuncia, pues de lo contrario es como que nunca se ha puesto.