La Catedral no sabe qué hacer con las puertas de Méndez Pozo

Las dudas sobre qué hacer con las puertas encargadas para conmemorar el octavo centenario de la Catedral se han convertido en un auténtico problema para el Cabildo, que ve como el empeño del expresidiario Michel Méndez Pozo por dejar su impronta en el templo está lejos de satisfacer a alguien.
Las puertas, envueltas en la polémica desde el principio, fueron un encargo a Antonio López, quien acostumbra a no entregar a tiempo ninguno de sus trabajos y, tal y como se preveía, está lejos de culminar el de la Catedral de Burgos.
El millonario encargo (supera los 1,2 millones de euros) ya ha sido rechazado por Icomos y la Unesco y desde el Cabildo se resisten a remitir el proyecto a la Junta de Castilla y León para que lo valore patrimonio.
Y es que sin las autorizaciones de estos entes no se podrían colocar las puertas y mantener el título de Patrimonio de la Humanidad. Así, y ya abocados a pagar las puertas, los responsables del templo buscan alternativas. Una de ellas, según se ha conocido recientemente, podría ser ubicarlas en la Puerta de Pellejería y, en caso de que tampoco se autorizase este lugar, ubicarse en el interior de la seo como un objeto decorativo más.
Desde el Arzobispado aseguran que Antonio López ha modificado sensiblemente el proyecto y que ya no será como se dio a conocer a los medios, sin embargo, todo parece ser una patada hacia delante para satisfacer la ambición de Méndez Pozo.
La opinión pública es contraria a la colocación de las puertas y así lo dejó claro en una multitudinaria recogida de firmas, que tuvo su segunda parte en las redes sociales, donde no pocos ironizaron con la cara del expresidiario situada en el bronce de las puertas.
Así, parece que habrá que seguir esperando para ver qué hacer con la obra de Antonio López, que recordemos que tenía que haber estado finalizada en 2021 y, a tenor de las últimas noticias, no estará al menos hasta bien entrado 2023.