Es ilegal y lo saben: Concejales, funcionarios y policías miran para otro lado

No hay especulación posible, el Ayuntamiento de Burgos está mirando para otro lado. Por ser más concretos, el Equipo de Gobierno, los funcionarios del propio Ayuntamiento y de forma específica la Policía Local está ignorando, a sabiendas, su propia normativa.
Es paradójico ver cómo en la sesión plenaria de este pasado viernes, PP y Vox votaban una de esas proposiciones que no sirven para nada, pero que usan los responsables políticos para sacar pecho ante su electorado. En ella, pedían a la oposición que se manifestase a favor de «cumplir la Constitución».
Pero, curiosamente, no es lo que están haciendo ahora mismo en la Casa Consistorial. El último de los ejemplos es el de las terrazas adosadas a fachadas, no solo prohibidas en general, sino de manera particular por la Ordenanza de Terrazas desde el pasado 13 de noviembre. No es un despiste, en el Ayuntamiento lo saben muy bien.
Canal 54 se ha puesto en contacto con el responsable de Seguridad Ciudadana y Licencias quien no ha sido capaz de contestar qué iba a hacer el Ayuntamiento a partir del lunes 13 de noviembre ante esta situación. Y decimos literalmente que no ha sido capaz de contestar, porque la respuesta ha sido el silencio. Bajo ningún concepto podía contestar que nada, o estaría admitiendo con palabras lo que es una evidencia ante los hechos.
Toca volver a subrayar, que no estamos denunciando al sector de la hostelería, sino poniendo de manifiesto las maneras de actuar de toda una administración local, que asume que el fin justifica los medios. Y los medios, en este caso, son mirar para otro lado y consentir una situación al margen de la normativa.
Lamentablemente, no es el único caso. En Burgos hemos visto hoteles de caballos funcionando al margen del Plan General de Ordenación Urbana, equipos de fútbol jugando en instalaciones deportivas municipales sin solicitarlo, andamios colocados más allá del tiempo establecido para ello, colocación de rotulación y cartelería prohibida por la normativa en el propio Ayuntamiento… la lista es muy larga.
En otras ocasiones, los grupos municipales se han visto erróneamente obligados a denunciar este tipo de situaciones a todo pasado. Basta recordar como la exportavoz del Grupo Popular, Carolina Blasco, denunció el contrato de los fuegos artificiales una vez pasadas las fiestas, consciente de que el juzgado los paralizaría cautelarmente si se ponía en su conocimiento antes. Tenía miedo Blasco de que el entonces alcalde culpase al Partido Popular de la ausencia de fuegos artificiales en San Pedro.
El sistema al que el Ayuntamiento de Burgos está sometiendo a su ciudad es malvado. Convierten al denunciante en malo y al tolerante en cómplice de las irregularidades, haciendo de la bíblica frase «quien esté libre de pecado que tire la primera piedra», la norma angular de la administración local. Y todo ello, para tratar de evitar el mal que generaría aplicar la norma, pero un mal que es consecuencia de la torpe gestión del Ayuntamiento. El fin, no puede justificar saltarse la ley.
La de las terrazas adosadas a fachada es la arbitrariedad y irregularidad más evidente de todas las mencionadas, precisamente, por estar publicada y publicitada por los propios concejales a bombo y platillo y recogida por los medios de comunicación de la ciudad.
Aquí no hay excusas, ni reinterpretaciones de la norma, no hay cabos sueltos ni prórrogas encubiertas. Hay un trato desigual del que son corresponsables todos y cada uno en la cadena de mando municipal, pues el siguiente cubre al anterior.
También se echa de menos, por cierto, la actuación de oficio de fiscales y jueces, que ven cómo un Ayuntamiento mira para otro lado sin mover un solo dedo.