Borja Suárez podría pegarse un tiro en el pie en su primera decisión importante al frente del PP burgalés

El primer movimiento importante de Borja Suárez como presidente del Partido Popular de Burgos puede convertirse en un tiro en el pie si no presta atención a lo que ocurre a su alrededor.
Suárez sorprendía, este lunes, al manifestar que la candidatura de los populares no solo no está cerrada en la figura de Carolina Blasco, sino que de pronto han aparecido más candidatos y, por si fuera poco, la elección la tomará la dirección del partido.
Llama la atención este giro de los acontencimientos en el Partido Popular cuando Blasco presentaba, hace unos días, una encuesta que no solo validaba su trabajo tras la huída de Javier Lacalle sino que, además, la sentaba en el sillón de alcaldía, eso sí, de cumplirse los pronósticos de las encuestas.
Cabe recordar que en las elecciones de 2019, el Partido Popular no tenía candidatos. Cuando esos mismos pronósticos auguraban un batacazo sin precedentes del PP en Burgos, nadie quiso figurar en la foto del cartel. Tal es así, que hubo que sujetar de los pies a Javier Lacalle para que aguantase, porque a eso de ser oposición parece que no se apunta cualquiera.
Pero la cosa ahora ha cambiado. Gran parte de este cambio de escenario la tienen la errática política de Daniel de la Rosa y la previsible desaparición de Ciudadanos. Pero también el trabajo de Carolina Blasco que, tal y como el propio Suárez recordaba, ha estado muy presente y activa tanto en los despachos como delante de los focos.
Pues bien, a mesa puesta, cuando los datos plantean la posibilidad de tocar poder, aparecen otros candidatos, aunque no se sabe si cuáles, ni cuántos. Y ahora Suárez quiere manejar los calendarios pero ya le avisó la propia Blasco días atrás, porque en caso de que ella no lidere la candidatura, el Partido Popular va tarde para vertebrar una estrategia de cara a los comicios de pasado mañana (como quien dice).